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martes, 3 de abril de 2012

Baño de sangre en una universidad estadounidense

eluniversal.com
CARACAS, martes 03 de abril, 2012

Diez personas recibieron disparos en la Oikos University, de las que cinco murieron entre la lluvia de balas y dos poco después, a causa de las heridas. Según los primeros datos, las víctimas son seis mujeres y un hombre de entre 20 y 40 años, informa el diario local Oakland Tribune.


Policías de Oakland vigilan en una calle cercana a la universidad de Oikos. (Efe)

EL UNIVERSAL

martes 3 de abril de 2012 09:19 AM

San Francisco, Estados Unidos.- Se saltó las clases durante meses, hasta que en la mañana del lunes regresó a la universidad privada de Oakland, en California, y organizó un baño de sangre con siete muertos.
Ordenó a sus antiguos compañeros ponerse contra la pared, relató al "San Francisco Chronicle" el veinteañero Paul Singh, reproduciendo lo que su hermana Dawinder le contó entre lágrimas. "Mi hermana me llamó mientras corría y me dijo que le había dado", señaló, informó DPA.
La joven, de 17 años, tiene una herida de bala en el brazo, pero es una de las supervivientes del tiroteo que el jefe de policía de Oakland, Howard Jordan, describió como un crimen "chocante y sin sentido".
Los investigadores barajan los motivos que pudieron llevar a actuar así al autor de los hechos. El hombre, de origen coreano y de 43 años, se presentó una hora después del tiroteo en un centro comercial y dijo a los empleados de un supermercado que había disparado a gente y debía ser detenido, informan medios estadounidenses. Según testigos, estaba tranquilo; casi como anestesiado, opinó una mujer.
Mientras, en la universidad reinaban el pánico y el caos. Las imágenes de televisión mostraban a la gente gritando mientras huía de la pequeña facultad cristiana situada en un barrio industrial de Oakland. Policías antidisturbios ayudaban a los heridos a salir del edificio, algunos de ellos en andas. Para otros, la ayuda llegó demasiado tarde: sus cuerpos fueron depositados en el césped y cubiertos con lonas.
El jefe de policía Jordan contó que la situación era "extremadamente caótica". Los agentes tuvieron que forzar puertas y ventanas para acceder a las víctimas, y muchos estudiantes presa del miedo habían montado barricadas para protegerse. Al principio, no estaba claro si el autor y sus posibles cómplices estaban o no en el edificio.
A la estudiante Debra Lee la alarmó el grito: "alguien tiene una pistola, corran". Primero pensó que era una broma, pero después echó a correr. Y eso que la violencia no encaja precisamente en la imagen de la pequeña universidad Oikos, que predica los "valores cristianos" en su web. Allí, un alumnado mayoritariamente asiático estudia Medicina, Música, Religión y Enfermería.
El pastor Jong Kim, fundador de la institución, dijo al "Oakland Tribune" que el autor del tiroteo había sido un alumno de Enfermería. Sin embargo, no estaba seguro de si la universidad lo había expulsado o si fue él quien abandonó voluntariamente sus estudios. Kim escuchó unos 30 disparos, pero no vio nada. "Me quedé en mi oficina", declaró.
En los últimos años se han producido una y otra vez tiroteos en escuelas y universidades estadounidenses. En la universidad técnica de Blacksburg, en el estado de Virginia, un estudiante mató hace cinco años a 32 alumnos y profesores antes de suicidarse.
Tras el tiroteo de Oakland, la alcaldesa Jean Quan exigió que se cuestione la "disponibilidad de armas". Parece "como si en la última década nos hubiéramos acostumbrado a los asesinatos en masa y sin sentido", señaló.

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