Jaime Retamal, departamento de Educación, Universidad de Santiago
CHILE
Martes 26 de abril de 2011 | Blogs
Nación.cl
Nuestro sistema educativo no es violento simplemente porque nos dan a conocer los resultados de un censo de bullying. Es previamente violento porque es el más segregador del planeta OCDE.
Entre tanto índice de SIMCE, PSU, TIMMS; en medio del cotidiano instruir a miles de estudiantes en las habilidades propias del desarrollo económico; puestos en la vorágine del gran eslabón para el salto al primer mundo, ahí, cuando lo de veras relevante para el sistema escolar –nuestro sistema escolar- está a toda máquina, adviene, casi por arte de magia, el llamado de los resultados del “censo de bullying”.
Los colegios están en otra. Están compitiendo para subir puntos en las pruebas estandarizadas. Están compitiendo por ser los mejores de los rankings. Están adecuando sus prácticas educativas y pedagógicas para liderar la carrera al palmarés nacional.
Los colegios no están pensando en el bullying y en esas cosas. Están en otra.
Nos dicen de sopetón que el 52% de los establecimientos públicos –los municipales- tienen la tasa más alta en violencia escolar en Chile, seguidos por el 44% en los particulares subvencionados y el 4% en los particulares pagados. Emerge con fuerza otra estigmatización más para la escuela pública: pobre, vulnerable, de mala calidad y ahora violenta.
¿Por qué no mejor se preocupan de lo que verdaderamente importa? ¡Competir, competir y competir!
Disculpen toda la sorna anterior, pero nuestro sistema educativo no es violento simplemente porque nos dan a conocer los resultados de un censo de bullying. Es previamente violento porque es el más segregador del planeta OCDE, promueve la desigualdad social y está instalado en un sistema de mercado en el que siempre perderá y será desfavorecido el más pobre. Por más subvención que exista.
En sí mismo es violento nuestro sistema escolar y un balance equilibrado nos debe hacer reflexionar que por la vía de la competición, las pruebas estandarizadas, los semáforos y los rankings poco hacemos para formar en lo que verdaderamente importa.
Si de verdad lo pensamos bien, hace tiempo nuestro sistema escolar es antidemocrático y no promueve el fortalecimiento de aquello que tanto costó recobrar.
Somos TOP 1 en violencia escolar, sí, pero no por el censo reciente, sino por un sistema tal, que bien podríamos catalogar de absurdo.
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